viernes, 26 de noviembre de 2010

Cultura Moderna Venezolana





 



La creación de la cultura se encuentra íntimamente vinculada con su transformación, pues de acuerdo con las creaciones individuales aceptadas socialmente, la cultura se puede transformar al igual que se convierten las concepciones que sirven de base a las creencias, valores y normas que prevalecen en una sociedad, ya que la misma tiene vigencia de acuerdo con la cultura predominante y adquieren existencia real en las personas que forman los diversos grupos sociales.
Cualquier sociedad para desarrollarse en su ambiente natural particular y, a demás, reproducirse y perdurar en el tiempo, necesita producir una gran cantidad de conocimientos sobre su mundo y, a la vez, elaborar sistemas sofisticados y complejos de organización social. Sin estos elementos, ninguna sociedad conseguirá sobrevivir mucho tiempo y quedaría reducida a un grupo de personas sin orden ni sentido, a una aglomeración de personas diferente que casualmente se encuentran en el mismo sitio y que poco después vuelven a ser solamente individuos y no sociedad. La suma de todos los elementos que permiten a la sociedad mantenerse organizada y, además, satisfacer las necesidades de sus miembros es lo que llamamos cultura.
Cada cultura cumple una función para la sociedad que la crea y responde a circunstancias geográficas, históricas, económicas, sociales y religiosas; por eso que la cultura de la edad antigua es diferente a la edad media y a la edad contemporánea.
En Venezuela vemos como el arte y la cultura popular, son diferentes de acuerdo a la región en donde se manifiestan, ya que nuestro país es un crisol de razas y culturas. Cada zona cuenta con su propia música, artesanía, gastronomía y gentilicio. Por ello, es difícil hablar en Venezuela de una sola cultura popular, pues es muy variada y rica.
El proceso evolutivo de la cultura venezolana contemporánea deriva de las raíces prehispánicas, hispánicas y africanas, consolidadas en los siglos coloniales. La especificidad cultural se ha logrado con un intenso proceso de transculturación y mestizaje. El paso del tiempo ha dejado un legado cultural de diversas etnias indígenas con su arte rupestre, cestería, alfarería y una rica tradición oral. Es así como tenemos el baile nacional, el joropo, y sus respectivos instrumentos populares, tales como el cuatro, el arpa y las maracas, se asocian a los modos de vida del llanero; igualmente, en el litoral central la influencia africana debido a la colonización, se ve reflejada en bailes acompañados de tambor y otros instrumentos de origen africano.
Las artes plásticas y la artesanía tienen una gran importancia, siendo la música la característica cultural más destacada, ya que se presentan una mezcla de ritmos locales, europeos y africanos. A su vez el teatro en la actualidad esta ganando popularidad y la escena literaria es muy activa, sobre entre las jóvenes generaciones.
La investigación sobre la cultura y la sociedad venezolana se ha profundizado cada vez más, especialmente con el aporte y contribución de toda la numerosa familia de expertos en las ciencias sociales. Hay un flujo constante y creciente de datos, investigaciones, interrogantes, destinados todos a enriquecer la mejor comprensión de la realidad cultural venezolana.
En la Venezuela democrática se propone como horizonte programático común de las diversas fuerzas sociales la realización de la modernización. El liberalismo y el positivismo del siglo XIX y comienzos del siglo XX habían preparado el terreno al proponerse la superación de la barbarie por la civilización y el progreso. La consolidación de la explotación petrolera significa un salto cualitativo en las posibilidades reales de llevar adelante un proceso modernizador. Un examen detenido de los programas políticos de las principales fuerzas y organizaciones sociales y políticas manifiesta claramente la convergencia alrededor del proyecto modernizador para Venezuela.
Dentro de esas consideraciones es importante interrogarse sobre la continuidad del proceso histórico venezolano. La ruptura y la continuidad son 2 hechos esenciales en la historia y en la interpretación de la cultura y la sociedad venezolana. Entre las líneas de continuidad y de ruptura se encuentran diversas características del pueblo venezolano, algunas de las cuales son ancestrales y vienen del fondo de la historia y otras se han incorporado a la sensibilidad colectiva como consecuencia de diversos acontecimientos. Es importante además recordar que no se puede intentar una definición de la identidad nacional sin una mirada integradora sobre la totalidad de los componentes que la conforman. No debe olvidarse, tampoco, el proceso de unificación e integración del país, proceso este que ha transcurrido a lo largo de más de tres siglos, sin alcanzar todavía hoy, su plena realización.
En el siglo XX el más sobresaliente de todos los acontecimientos que han moldeado la identidad nacional ha sido sin duda el petróleo. La transculturación producida en algo más de medio siglo, por el desarrollo de la industria de hidrocarburos, nos despojó de algunas señales de identidad, tradicionales, bastante relativas por lo demás: la casona colonial, la hacienda de gran patio para secar el café o el cacao, la leyenda del llano con sus centauros, el campesino de blusa y alpargatas, el jefe civil de franela y con ancho cinturón de cuero, el sombrero de cogollo, el joropo bajo las palmeras, los tambores en los cacaotales, el villancico navideño y el minucioso pesebre.
Como en todos los campos de la vida nacional, la arquitectura venezolana estuvo tremendamente influenciada por el desarrollo de la actividad petrolera, pues esta actividad permitió el flujo de cuantiosos recursos económicos que se destinaron a la construcción de importantes obras arquitectónicas.
En el arte, hacia la década de 1960 se dio a conocer en Venezuela el arte cinético, cuyas raíces se remontaban bastante atrás en el tiempo, en un desarrollo ordenado de investigaciones plásticas sobre el movimiento, el espacio y la luz.
En la historia del quehacer artístico venezolano, por sus trayectorias, el teatro y la escultura nacen y marchan al mismo ritmo, aunque con posteriores diferencias, muy particulares en lo que a la escultura se refiere, y que en este caso se materializan en la época presente con la casi definitiva fusión en un solo esfuerzo creador de la escultura y la pintura. Este hecho, ocurre en el cinetismo, con Jesús Soto como su mejor exponente, pues su obra, en la que escultura y pintura se hayan en vibrante simbiosis, no ha podido ser igualada en ninguna latitud.
En las sociedades actuales pueden observarse los cambios que se manifiestan en las variaciones de los roles o papeles sociales definidos por el sexo, que han generado, en muchas sociedades una serie de movimientos de derechos de la mujer que expresan un tipo especial de cambio, donde son los propios receptores del cambio quienes lo impulsan en acciones colectivas organizadas.
Es por todas estas influencias y características que, Venezuela no esta exenta de todo esto, y que a medida que se va globalizando la cultura, va influyendo cada vez más en los venezolanos y su día a día. Sin embargo podemos decir que Venezuela, cuenta con un importante movimiento cultural plástico, escénico y musical que poco a poco se va extendiendo y se da a conocer en muchas partes del mundo gracias a sus exponentes, sin perder la cultura nacional que prevalece en la historia del país.

Referencias Bibliográficas

Vilda, C. (1999).Proceso de la cultura en Venezuela. Editor Universidad Católica Andrés: Venezuela

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